Marcamos en este documento diferentes bases metodológicas para trabajar y realizar intervenciones en grupos de mujeres supervivientes a diferentes impactos machistas. Una de las primeras cosas que debemos de reconocer es la diversidad dada de individualidades en la conformación de cualquier grupo humano.
Cuando intervenimos debemos entender que cuando una mujer ha pasado por una situación o impacto machista, ésta recorre un proceso que incluye decisiones y acciones que tienen lugar durante meses, años o, incluso, toda la vida. Por esta razón, es importante respetar sus tiempos y espacios, los cuales serán diferentes (cada una vive su proceso).
Estas acciones recorren un camino que parte desde la vivencia e impacto que ha ocasionado en ella esa violencia recibida hasta su empoderamiento. No obstante, el proceso de empoderamiento no significa un punto y final en el camino hacia su bienestar o la recuperación sobre el control de sus vidas, es un proceso gradual y paulatino encaminado a recuperar y controlar sus vidas y las decisiones que toman en ellas, así como a incrementar su autoestima, autoconcepto y bienestar psicológico.
En todo grupo humano encontramos una gran pluralidad de vivencias, roles, personalidades, necesidades y formas de hacer y ver el mundo .
Las mujeres que han desarrollado diferentes traumas como respuesta a violencias
machistas recibidas, han visto erosionada su personalidad y control sobre sus vidas debido a situaciones vividas de dominio y coerción.
En este proyecto y en proyectos sociales que intervengan con este colectivo debemos pensar e introducir la perspectiva de género , alejándonos de la concepción androcéntrica omnipresente en nuestro mundo. El androcentrismo parte de la idea de que la mirada masculina es la única posible y universal, por tanto, es totalmente comprensible que las participantes se puedan mostrar reticentes y en alerta al ser dirigidas por un hombre, ya que, éste no se ha enfrentado a las mismas situaciones de violencia y de desigualdad que
una mujer por el hecho de ser mujer.
Nuestro proyecto debe tener como objetivo y base el empoderamiento de las
mujeres que forman parte de este, convirtiéndose tanto en el proceso como en el resultado.
Debemos ver y enfocar el proyecto como un proceso en grupo, participativo y de desarrollo, que sirva como crecimiento activo y positivo de las mujeres que forman parte de este, haciendo que las participantes tengan voz y voto. Con esto último, hacemos referencia a que a la hora de realizar los talleres y actividades exista una comunicación horizontal, donde se informe a las participantes de todos los elementos que van a formar parte de esta actividad para que ellas se sientan seguras y cómodas. Además, es muy importante que se consulten con ellas si les parece bien o no dichas actividades, por si se sienten preparadas o no, es
decir, para que cada una de ellas pueda decidir en cada momento su grado de participación y exposición para con el grupo. Para ello estableceremos con ellas diferentes dinámicas de cohesión de grupos, marcando y fijando qué tipo de acuerdos se toman para propiciar la convivencia.
Los procesos de empoderamiento y recuperación de mujeres que han vivido impactos machistas pueden alargarse durante mucho tiempo o incluso toda la vida. En todo momento y como base de nuestro proyecto se prestará a las participantes apoyo emocional, reforzando su valor personal y dignidad , fomentando relaciones de respeto sobre los pasos y condiciones en que decidan participar , mostrándoles máxima empatía y respeto cuando exteriorizan aspectos y trazos de sus vivencias. Para que así no sientan que son simples fuentes de información para elaborar un proyecto y ya está. Todas las actividades que se
realicen deben contar con la participación y consentimiento de las mismas.
Nuestro proyecto pretende crear una red de mujeres, una especie de grupo de apoyo y ayuda mútua, fomentando la sororidad entre las participantes, esta red de mujeres será acompañada por una o varias personas facilitadoras, con conocimientos especializados en la promoción de igualdad y la perspectiva de género y la prevención de las violencias machistas.
Basándonos en un marco ecológico integrado para el conocimiento y estudio de las violencias contra las mujeres, observaremos en nuestro trabajo con grupos de mujeres factores relacionados con los diferentes estilos emocionales, la falta de control de emociones, poca tolerancia a la frustración , dificultad para poner límites, falta de seguridad y de comunicación asertiva, falta de herramientas para solucionar o enfrentar conflictos, patrones familiares aprendidos, diferentes expectativas de vida y de maneras de relacionarnos (mitos románticos sobre la pareja y el amor, educación diferencial de género, relaciones asimétricas y de poder desiguales entre mujeres y hombres). No debemos perder de vista un análisis o diagnóstico personal y grupal de cómo han sido en nuestras vidas y
cómo son en la sociedad las relaciones que establecemos y los efectos que provocan nuestras relaciones de dominio y sumisión. Como sabemos, a la base de las violencias o impactos machistas se encuentran los desequilibrios de poder en las relaciones entre mujeres y hombres, desequilibrios visibles en todos y cada uno de los ámbitos sociales. Estos desequilibrios sustentan las desigualdades y una situación de poder mayor de los hombres frente a las mujeres.
Nuestras sociedades han tendido a normalizar y justificar estas desigualdades , mediante valores y expectativas diferentes para hombres y mujeres, lo que conocemos como socialización diferencial de género.
En la actualidad, la violencia contra las mujeres se ve como un problema social, estructural.
Así como resumen metodológico del proyecto, podríamos destacar estas premisas:
Tratamiento integral y especializado de las violencias machistas.
Establecer entre nosotras relaciones de buen trato.
Evitar la revictimización de las participantes, respetando en todo momento sus procesos y voluntades.
Fortalecer el empoderamiento personal y grupal.
Explorar nuestros cuerpos y otras formas de expresión para transmitir desde lo artístico un mensaje claro que decir al mundo. Nuestro cuerpo lleva la cuenta de todas nuestras vivencias, de nuestro hilo de vida, explorar otras formas de comunicarnos y expresarnos es fundamental para desbloquear aquellas cosas que no podemos expresar de una forma racional o consciente. La expresión artística y el movimiento serán fundamentales en la expresión del mensaje que queramos dar al mundo.
La convivencia y los lazos entre mujeres nos llevan a comprender que aquello que creíamos personal se convierte en estructural cuando lo oímos en boca de otras.
Estas bases metodológicas guiarán todo el proyecto y las actividades realizadas en los diferentes colectivos o grupos de mujeres beneficiarias.
Autora: Paula García Gironés operatrice di parità di genere, Igualtat Mmva Manco Vall d'Albaida
Progetto Silence es un proyecto erasmus plus basado en la metodología bidireccional de Teatro-danza, autobiográfica con autoría del dramaterapeuta y director Domingo Ferrandis
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